Philip K. Dick me está metiendo de nuevo en su universo ambivalente. Allí las cosas pequeñas del día a día, y lo cotidiano se funden con la enorme ficción sociopolítica de un mundo diferente al que conocemos. Los protagonistas no son grandes héroes ni villanos en la América escindida, donde la costa este es nazi y la oeste es japo. Se juega con la falsedad y la ilusión. ¿Qué relación tienen un gran comerciante de antigüedades americanas y un artesano de la reproducción? ¿Cómo influirán en el funcionamiento de un mundo en expansión que parecía que comenzaba a enfriarse? Eso es lo que más me gusta de Dick: toma con normalidad y baja escala los grandes conflictos. Si no fuera porque el protagonista gana su pan a raíz de la guerra que hubo, nada se sabría de ésta. La prosa va contando lo que sucedió hace años a través de las distintas lentes de los personajes. Dick se mete en la cabeza de cada uno de ellos a través de la tercera persona, que a veces parece primera.
A mí me está pareciendo un buen libro. El que suele ser clasificado de pestiño es Radio Libre Albemuth.
El hombre en el castillo de momento me está pareciendo ciencia ficción costumbrista o algo así. Los personajes están bien trabajados y cada uno de ellos piensa de un modo bastante distinto acerca de la situación; se vé que todo acabará confluyendo, pero no cómo. ¡Y es mucho más fácil de leer en inglés que Terry Pratchett!
A mí también me gusta. Encima esta edición en inglés tiene los puntos muy gordos, de modo que cuando hay puntos suspensivos parece que se convierten en crucecitas. Escaneado está el comentario que hace sobre la televisión y el humor... marea un poco leer el borde doblado de una hoja escaneada.
Según me adentro más y más en la novela... deja de ser una buena novela. ¡Es una novela imprescindible! No entiendo por qué no se le da más bombo... hace una descripción impresionante del cruce de mentalidades producto de los distintos tipos de invasión cultural (la japonesa y la nazi), y de cómo las ideas más descabelladas no surgen de las cabezas de los locos, sino que son acatadas por los más cuerdos. Es una especie de radiografía ficticia que vuela por antes y después de la segunda guerra mundial.
Todavía estoy intentando digerir el libro y saber que es lo que dice.
La visíón que tiene el señor Tagomi en el parque creo que es fundamental, ya que en ese momento penetra en el mundo que relata La langosta. El mundo del nirvana y la unidad del busismo.... la verdad es que no se....:P
Entre el final del libro y la visión del señor Tagomi, la verdad es que no sé qué pensar. Creo que ni Dick mismo lo sabía a ciencia cierta. Escribir el final lo hizo por que el I Ching le obligó a ello.